La energía de la vida
Por Marcela Viaggio
Alexander Lowen creó ejercicios con el propósito de asentar los pies en la tierra, estar en la tierra. Uno de los ejercicios es pararse con los pies paralelos, bajar la cabeza por su peso, flexionar un poco las rodillas y apoyar las manos o dedos de las manos. En esta posición se busca que se produzca una descarga de tensión, mediante las vibratorias. Uno de los objetivos del trabajo de la bioenergética es el aflojar las corazas musculares que podemos tener en diferentes partes del cuerpo. En la pelvis, el abdomen, pecho, hombros, cuello, mandíbula, ojos, entrecejo, centro de la cabeza (mollera). Estas tensiones se expanden a brazos, manos, piernas, pies, etc. Estas redes de tensión suceden porque somos una totalidad, un dolor repercute en otras zonas, aunque estén alejadas una de la otra. Es muy importante bajar a tierra, a la realidad, al cuerpo, enraizarse, no quedarse colgado de los hombros, de las ideas, de la fantasía, de los fantasmas. Para integrarse tiene que existir un intercambio entre el adentro y el afuera, lo inconsciente y lo consciente, el presente y el pasado.
“... existe la ansiedad de sostenerse uno
sobre sus propios pies, lo cual supone que se está solo. Cuando somos adultos,
todos nos sostenemos solos, esta es la realidad de nuestra esencia.” (4)
Así es, el crecer da temor. Con relación a
lo que dice Lowen me siento identificada
en el tener como uno de los objetivos de
trabajo que los alumnos vayan sintiéndose autónomos. Autónomos al elegir un
compañero para
trabajar, estar en compañía y volver a estar solos,
volver a elegir con quien trabajar, estar
centrados. Ejemplo de una de las consignas con las que trabajo: piensa con quien te
gustaría trabajar, y búscalo..., cuando quieras aléjate y
acércate a otro compañero. Tomarse la libertad de ir y volver, de estar
solo. En la utilización del espacio
aparece el miedo a mostrarse. Muchos alumnos se pegan a las paredes, ocupan
lugares pequeños donde se chocan con los compañeros o con la pared. Les digo
que busquen más espacio para estar, que trabajen sobre ese obstáculo, que se permitan ser en el
espacio.
4
Lowen, Alexander(1977) Bioenergética,
Pág. 186 de la
Editorial Diana- México.
Muchas veces sucede que al estar en el piso
pueden aparecer imágenes de muerte (en la horizontal) y puede causar angustia,
o bien el piso da seguridad y tienen miedo de subir a otros niveles por el
temor de perder el equilibrio y caer. Se agarran en la musculatura de la
mandíbula, apretando los dientes, del cuello, hombros, pecho, las manos tensas,
el aire no entra, no sale libremente; podría seguir mencionando zonas que se
tensan.
Estas corazas musculares que investigó
Wilhem Reich, maestro de Alexander Lowen tienen que ver con la caracterología
de cada persona. Cada uno de nosotros tiene corazas musculares en diferentes
lugares del cuerpo, depende de nuestra historia personal con relación a los otros, en el mundo donde vivimos. Estas
corazas se fueron armando en el transcurso de nuestra vida.
El
concepto de energía. Carga, descarga, circulación y movimiento.
Reich
se refería a la estructura de la
personalidad, al conjunto de tensiones
musculares crónicas del cuerpo. Suele denominarse “armadura” porque sirve para
proteger al individuo de las experiencias emocionales dolorosas y amenazantes.
Lo defienden de los impulsos peligrosos de su propia personalidad, y también de
los ataques de los demás. Sostengo que
estas corazas también impiden el vivir plenamente, lo bueno queda
anestesiado por las tensiones, el
expresar nuestras emociones y pensamientos están obstaculizados por esta
dureza. Estas tensiones pueden “partir”
a la persona, haciendo una analogía con una planta. La flojedad tampoco
es buena porque uno no se puede sostener, ni tener la fuerza necesaria para
accionar, pensando esta palabra como movimiento que transforma a uno mismo y al
otro en lo vincular.
Me interesa
trabajar los diferentes roles: activo- pasivo, crear las
condiciones necesarias para que en las
clases se juegue esto, para que se pueda
vivenciar el tener una actitud de
proponer al otro, dejarse llevar por el otro, la escucha receptiva y el decir.
Tener la posibilidad de aparecer de diferentes maneras, saliendo de
estereotipos. Para que se produzca un cambio energético tiene que haber dos
elementos como mínimo: dos personas con
características diferentes, dos fuerzas opuestas, el intercambio que se da en
las células, en las neuronas, el movimiento celular, la relación entre el
inconsciente y el consciente. Ese juego
de tensiones produce una transformación
energética, un cambio cualitativo. En el caso de la bioenergía, se
repiten determinados movimientos, produciéndose una tensión, que se acumula y luego se produce una
descarga a través de movimientos vibratorios.
Pensar que tenemos la posibilidad de
modificarnos a través del trabajo, es
una más de las múltiples herramientas y recursos que podemos utilizar.
Bioenergía
como su palabra lo indica, bio = vida, energía. Practicando ejercicios
de esta técnica he podido abrirme a mi
potencia, a mi fuerza. Me ha ayudado a verme de otra manera, de estar diferente
con los otros. Esto lo estoy llevando hace quince años aproximadamente a las
clases que coordino. Los relatos de los alumnos
que escribí con anterioridad
expresan el beneficio que han encontrado al practicar este trabajo. En
varias disciplinas de lo corporal se trabaja con la energía, con el objetivo de
que la energía circule y se recicle, por ejemplo, el Tai Chi, el Chi -Kun, el Yoga, las artes marciales,
las danzas afro - cubanas (Yoruba). No estamos acostumbrados a pensar a la
personalidad en función de la energía. La cantidad de energía que tenga el
individuo y la forma que la use tiene que determinar su personalidad y
reflejarse en ella. Unas tienen más energía que otras.
Los centros energéticos se revelan en la medida que el
cuerpo va perdiendo densidad y
las tensiones se deshacen:
“Una
vez reconocidos, se los trabaja. Un gran
número de centros se desenvuelve a lo largo de este aprendizaje, así se
va creando una red de comunicaciones internas que abre, limpia y une los
caminos de energía”. (5)
“La lengua esta presa desde la raíz y esta
retracción compromete a todos los músculos del cuello y los maxilares. Al
acortarse los músculos posteriores del cuello, el mentón se proyecta hacia
arriba, la curvatura de la columna cervical aumenta afectando a la columna en
su totalidad, lo que dificulta el pasaje de la energía por este importantísimo
canal” ídem, ibíd.
Al
trabajar el centro magno, ubicado cerca del entrecejo, esto lleva a abrir
espacios en otros lugares internos y externos de la persona. El trabajar con el
centro de gravedad desde el recibir y
entregar el aire fue una revelación para mí. La pelvis ocupó un lugar
totalmente diferente, desde adentro. En muchas técnicas corporales se trabaja
con este centro, con la idea de colocar la pelvis en determinada posición,
sentir que desde ese lugar parte el movimiento. ¿Cuánto tiempo se puede
sostener una posición determinada, fija?.Al trabajar la pelvis con el aire se
abrió un nuevo espacio, apareció el centro de gravedad, realmente desde lo
orgánico.
Pienso al cuerpo como una totalidad, mejor
dicho a la persona como una totalidad, porque al trabajar una zona repercute en otras, el
integrar el
pensamiento -
palabra a la corporeidad. Me parece muy interesante lo que sucede al trabajar
con este Sistema por el bienestar que
produce, la liviandad corporal que se percibe: se tiene otro volumen,
tridimensional, se pueden desarrollar
las imágenes que aparecen, ponerle
sonido, agregarle el texto, la posibilidad de emitir sonidos desde otro lugar
sin forzar, ni empujar.
Volviendo al libro Encuentra tu propia voz, donde se refleja el entretejido de estos
dos universos, del movimiento corporal y vocal, Serge Wilfart dice que la
energía-sonido muchas veces se bloquea
en la zona de los hombros, del cuello, de la mandíbula, de la columna
vertebral, formando un sistema de tensiones musculares que contribuyen a dar forma a la postura y a
establecer un tipo de comportamiento. Le da mucha importancia al centro vital
del hombre, el hara, el centro de gravedad. Wilfart valora la comunicación que establece el cantante con su
hara, con el entrenamiento y la conciencia se va afinando cada vez más y hace falta cada vez menos fuerza, pues la
fuerza se va transformando en energía y esa energía es sonido.
Wilfart tiene un concepto muy interesante
sobre el aliento y el sonido: llama
aliento a la inspiración y sonido a la exhalación. Trabajando conscientemente estos dos movimientos y si se unen
correctamente en la parte inferior, es decir el hara, es posible
independizar el sonido de lo mental, liberar la zona superior del esquema
corporal y someter a la laringe solo a una débil presión, en lugar de imponerle
un soplo de huracán: “A medida que el aliento se amplifica y se apacigua, la
fuerza se convierte en presión y el cantante aprende a ir mas lejos, a ahondar
más, a aguantar mas tiempo.” (6)
Un hito muy
importante en la vida del niño es cuando aprende a caminar, porque está en un proceso de constante cambio de
apoyos, de equilibrios y desequilibrios. Pasa de la horizontalidad a la
verticalidad. Se apoya en sus propios pies (si lo dejan). El descubrir estas
nuevas posibilidades de movimiento, de exploración del espacio, de los objetos,
repercute en su tono muscular, en lo vincular. Al crecer entramos a una carrera
de obstáculos, presiones,
ansiedades
propias y ajenas que dejan huella en
nuestra estructura psíquica, física. La ansiedad de que el bebé se pare cuando
puede gatear, que corra cuando puede
caminar, que diga palabras cuando lo que hace es balbucear provoca tensiones psicológicas que repercuten en el cuerpo, pudiendo
producir corazas musculares, alteraciones psicomotrices, por ejemplo la
tartamudez, dificultades en el
aprendizaje, la aparición de
enfermedades psicosomáticas como el asma, problemas digestivos, etc.
El niño es un aprendiz tanto al
caminar como al hablar. Al pasar por la
adolescencia y al llegar a la adultez no significa que el aprendizaje haya terminado, que nos
movamos fluidamente, que hablemos bien. Cuando los hábitos posturales no son
los correctos, si existen bloqueos energéticos por tensiones acumuladas, si no se descarga el peso corporal sin permitir que los apoyos sostengan, si no
se deja que el aire entre y salga orgánicamente, estos problemas influyen en la
emisión del sonido, y entonces hay que hacer un trabajo de reeducación, para modificar esas matrices
de aprendizaje.
“Para recuperar la integridad, un caudal
vocal hablado o cantado debe resultar de una neutralización de lo mental. En la
voz hablada, el sonido es continuamente alterado por la ansiedad de lo mental y
atraído hacia arriba. El ideal (relativamente
utópico)
al que hay que aspirar debería consistir en esto: hablar y cantar con un
dominio absoluto, por la parte inferior del cuerpo, de la energía-aliento y de
la energía-sonido, neutralizando el
intelecto. Esa es toda la búsqueda del Zen. Desde un enfoque de dominio y
apaciguamiento del yo, es un profundo error descuidar el papel del sonido,
origen y vector de todas las tensiones. Para restaurar una función oral plena y
total, el adulto debería acudir sin trabas a esa reserva fonémica de la que
disponía cuando era pequeño. El trabajo que se lleva a cabo sobre la voz va
encaminado precisamente a obtener de él esa regresión a una posición
prelinguística de comunicación
vibratoria. Cuando todavía se encuentra en buen estado respiratorio y vocal, el
niño hace vibrar todo su cuerpo para emitir sonidos. Dominado por las tensiones
que se acumulan por el paso del tiempo, su cuerpo deja de vibrar. Pero toda
comunicación verdadera es de orden vibratorio. El ser humano, cuando se
relaciona, actúa alternativamente como emisor y como receptor, pero el emisor
esta en parte fuera de servicio. De ahí la necesidad de reparar el instrumento, de desarrollar de
nuevo el cuerpo sonoro, para que se restablezca la comunicación más allá del
lenguaje verbal intelectualizado. Entonces, la palabra se amolda a la
vibración, el verbo se hace carne y el ser vuelve a pisar tierra firme en la
época mítica anterior a la torre de Babel...” ídem, ibíd. (7)
Esto que transcribí lo relaciono con algunos
de los fundamentos de la Psicomotricidad:
el moverse en libertad, el no poner a los bebés en posturas fijas. Ponerlos
boca arriba y que ellos solos vayan cambiando de posición, el pasar de cubito
dorsal a cubito ventral, el sentarse, rodar, gatear, el pararse, el caminar.
Con el objetivo de que adquieran autonomía en cada etapa de su vida.
Eso sí, acompañándolos en su proceso.
(8)
En la escuela de actuación trabajo con la consigna de acompañar al compañero en la exploración del espacio. Es muy interesante lo que cada uno de nosotros entiende por el acompañar. Unos acompañan llevándolos de las manos, pegados al compañero, anticipándose a lo que pueda suceder.
Observé al que exploraba a cierta distancia de su acompañante, se
movía con libertad, tomándose el tiempo para conocer los objetos, sus texturas, las posibilidades
de movimiento, de transformación; otros se pegaban a su compañero. En
algunos alumnos se observaba que el tono muscular subía por la tensión al no ver por donde
iban, otros acompañantes seguían a su
compañero desde una distancia donde el otro podía explorar con soltura, sin
descuidarlo. Investigamos con los textos
que trabajan en actuación, utilizando objetos, el accionar, decir en diferentes
alturas, integrando los objetos de utilería,
el vestuario. Hacer un circuito con obstáculos donde tienen que decir el
texto mientras se vinculaban con otro u otros compañeros utilizando los
objetos.
7
El subrayado es nuestro
8
Chokler, Myrtha(1988) Los organizadores del desarrollo psicomotor. Ediciones
Cinco.
El
dejarse llevar por el otro, el relacionarse
a través de los sentidos con los objetos, con el otro / otros. Allí se observa cuando el
movimiento y la palabra se corta o cuando
fluye, si accionan y vinculan con su partenaire de escena o no.
Cuando el autor del libro “Encuentra tu
propia voz “ escribe sobre la importancia del grito, la fuerza que tiene la
proyección de la voz en el espacio y como toca al otro y estremece al emisor,
lo relaciono con lo que me sucede al cantar bagualas, tonadas,
vidalas, o canciones de raíz afro y al escuchar estos cantos. La voz se
proyecta en el espacio, sin hacer
esfuerzo sale hacia afuera, es muy liberador.
Leda Valladares dice: “ El canto con caja
impone una experiencia profunda: entrar a dimensiones primeras y últimas de la
voz, y a fuerzas cantoras que desatan en tropel. Entrar al bosque del canto
vallisto es enfrentarse con fuerzas desconocidas, en un rito de ancestros
planetarios que se levantan y cantan a pleno misterio. “ (9)
Lo estoy
utilizando hace años en las clases, varios alumnos me han comentado que les
resulta muy placentero, que no están pensando el cómo se respira, lo que tienen
que hacer, sino que el sonido sale, se proyecta. Lo trabajo después de hacer
ejercicios de enraizamiento a tierra y
el abrir la zona alta, la del pecho, los brazos, la boca, para integrar el
arriba y el abajo, el cielo y la tierra. Es una metáfora que la siento así
cuando canto este tipo de música.
Es muy interesante el cantar y decir los textos de las escenas
utilizando las diferentes tonalidades del canto vallisto, porque se puede investigar tonos graves agudos desde otro lugar, no convencional, la voz se
proyecta con más cuerpo, la articulación es más clara.
El poner en juego la agresividad, jugar con los fantasmas arcaicos: de
persecución, de
devoración que en Psicomotricidad se
trabaja es muy beneficioso para los
alumnos que les cuesta tener iniciativa, accionar sobre el compañero, ser activos.
9 Valladares,
Leda(1986) Canto Vallisto con Caja,
canciones andinas recopiladas por
Leda Valladares. Editorial Lagos.
Lo estoy llevando a las clases que doy en la
escuela de actuación y con narradores.
Poniendo bien en claro que no pueden lastimar al otro, ni a sí mismos, pero sí
poner el cuerpo.
Un ejemplo
de una consigna: Jugar al perseguidor-perseguidor, ser llevado y llevar,
roles activo -pasivo, ser sostenido y sostener al otro. En parejas o en
subgrupos, con cambios de roles. La agresividad pensándola como el accionar
sobre el otro y el entorno para la
modificación y transformación de los
actores en juego. (10)
La respiración como aliada para abrir nuevos espacios.
Al
nacer la primera acción es inspirar, el segundo movimiento es la exhalación
sonora a través del grito, del llanto. En el transcurso de la infancia se le va dando más importancia
al desarrollo físico y no al vocal, generando una desarmonización en el cuerpo
vocal, que lleva a una asimetría, finalmente a disociar.
Al trabajar
en forma más consciente con la respiración, se obtiene la posibilidad de que el aire al inspirar llegue a zonas más
bajas que las acostumbradas: costillas,
abdomen, cintura, sacro y al exhalar,
emitir sonido, palabras, frases. La capacidad
y el tiempo de duración de la
inspiración y la emisión del sonido cada vez se amplia más.
El recibir
el aire y entregarlo ayuda a poder dejarse sostener por el piso, por la pared,
por otra persona, pelota, etc., buscar la sintonía entre dos o más personas, a centrarse, distenderse,
serenarse. Cuando uno puede respirar mejor se está de otra forma, se abren
nuevos espacios internos y ese estado se
proyecta.
Ejercicios para la proyección de la voz.
Propuesta de secuencias de
ejercicios:
1-
Acostado boca arriba con la cabeza en el eje, dejándose sostener por
el piso, hacer una pequeña vibratoria desde talones, permitiendo que ese
movimiento suba por la columna hasta la cabeza, con el mentón hacer varias
veces el gesto del sí , con el objetivo de alinear la cabeza y la
columna. Tomarse las palmas de las manos, colocarlas por debajo del ombligo, inspirar por nariz
llevando el aire a esa zona: centro de gravedad, hacer un movimiento
semicircular continuo desde abajo hacia
arriba, delante y debajo de nuevo. Al ir hacia arriba inspirar por nariz, al
dar la vuelta y bajar exhalar por boca emitiendo la vocal “u”. Es
importante que con los labios se le de forma a cada vocal. Repetirlo varias
veces, luego, una “a”, “ua”, “au”. Imitar la melodía que canto, escuchar los
sonidos de los compañeros improvisar con ellos, de a uno cantar la propia
melodía. De a uno cantar una parte de la canción elegida utilizando diferentes
apoyos, intensidades, direcciones, niveles: bajo, medio, alto.
2-
Ejercicio de a dos. Uno de ellos sentado
sobre sus ísquiones en el piso,
el compañero le hace masajes en los hombros, en la espalda. La persona que está
sentada: con la mandíbula floja, con
aire entre las muelas, labios apoyados, sin tensionar, inspirar por nariz,
llevar el aire abajo, al abdomen y a las
costillas, emitir una “m” con los labios apoyados. Luego una “n”, una “ng” con la boca abierta. Al emitir mover
la cabeza hacia derecha e izquierda, luego acercar una oreja al hombro derecho
y al izquierdo. Cambio de rol.
3-
Parado con los pies paralelos a una distancia similar al ancho de la
propia cadera, levantar los brazos por adelante, las manos relajadas,
inspirando por nariz, llevar el aire al centro de gravedad y a las costillas,
al bajar con los brazos extendidos hacia los costados proyectar las palmas de
las manos hacia los lados vocalizar “m-n-ng”, en diferentes tonalidades.
4-
En una ronda, parados, ejercicio de arraigamiento a la tierra: con los
pies y las manos agarro la tierra y
suelto. Inspiro llevando los brazos hacia arriba, al bajar emito con boca
cerrada:” m-n-ñ”, “b-v-z”,”m-n-ñ-b-v-z”, con diferentes tonos. Ronda de
espalda, de a uno decir parte del texto, o la canción elegida. Ronda hacia el
centro, de a uno pasa al centro y dice su texto o canta su canción mirando a
sus compañeros, en diferentes niveles, con distintas intensidades, tonos,
intenciones y distancias.
Ejercicio de a dos, sentados sobre ísquiones,
apoyando espalda con espalda, sacros en contacto. Pasaje de peso, se baja por
el peso propio y el del compañero, sin
hacer esfuerzo para llegar a ningún lugar. Llevar el aire a la zona de la cintura, percibir la entrada
y salida del aire del compañero a través del contacto, al exhalar hacerlo con
sonido. Subir vértebra por vértebra individualmente, pararse enfrentados en
eje, apoyar las molleras, buscar un equilibrio entre los dos, emitir una “m”,
una “ñ”, “u”, “a” percibir la vibración a través del contacto y el sonido.
Repetir la secuencia varias veces con sonido, investigando diferentes
tonalidades. Cantar o decir el texto al compañero en diferentes distancias,
niveles, tonos, intensidades.